Hoy en día vivimos en una realidad compleja, donde los medios de comunicación se han convertido en un “Poder” que pueden orientar la opinión pública, pueden acabar con gobiernos, pueden mantener dictaduras o incluso poner en el punto de mira a personas respetadas… ya no existen los “intocables”.
En el mundo actual, la televisión es una necesidad creada. Observamos como los más pobres priorizan la adquisición de este aparato sobre otras cuestiones de mayor importancia, como la alimentación, la educación o la salud. Parece que nadie puede prescindir de esta era de información y de medios.
Sin embargo, este poder no ha sido asumido con responsabilidad puesto que los medios se erigen como los “amos del mundo” y lo que hay más allá de ellos, es inconcebible. Así podemos apreciar que cualquier crítica contra ellos recibe la más agresiva respuesta, se creen con derecho de entrar a cualquier lugar. Además, han asumido un papel definido de la manera más vil y mercantilista presentando “lo que vende”, es decir, el escándalo, la sangre, sensacionalismo, amarillismo, etc; dejando de lado la ética, se comercia con la privacidad, con la desgracia ajena.
Hay que sufrir con resignación y pesadumbre, diarios y noticieros, llenos de sangre, de accidentes, de casos patéticos, de escándalos, de basura. Hay que buscar discretamente la verdadera noticia, esa que importa, esa que de verdad tiene trascendencia.
Fuente: www.vagoneta.net
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